Cinco estrategias para ayudar a otra persona a calmarse
- Ana Cristina Zamora
- 28 feb 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 mar 2024
Las emociones que expresamos tienden a ser contagiosas y pueden tener efectos tanto positivos como negativos. Mientras más intensas, más van a provocar reacciones en los demás. La ira, la tristeza, la excitación, ansiedad, alegría provocan emociones similares en aquellos que están conviviendo con el que la expresa. ¿Te has preguntado si tiendes a contagiarte de otros o puedes mantener tu espacio emocional más centrado?
Si te contagias fácilmente quiere decir que eres una persona más emocionalmente empática, lo cual puede ser de beneficio siempre y cuando la emoción no te inunde y desregule. Si tiendes a conservar la calma, tienes la ventaja de que con mayor facilidad puedes apoyar a otros cuando están alterados. Todos podemos aprender a conocernos y a participar activamente cuando otra persona necesita apoyo para regularse. Esta habilidad es muy importante sobre todo cuando somos padres o madres, formando a nuestros hijos para que aprendan a manejar sus emociones. Así mismo en cualquier espacio social o laboral, la capacidad de regular nuestras emociones nos va a ser de mucha utilidad.
Aquí te comparto cinco estrategias que son de utilidad para la corregulación, es decir para ayudar a otra a calmarse:
Primero con un breve ejercicio de autoconsciencia, revisa como te sientes. Si sientes ansiedad, has un ejercicio de respiraciones profundas para tranquilizar tu sistema nervioso y acompañar a la otra persona. Recuerda en tu mente que así como te contagias de la ansiedad del otro, puedes ayudar al otro a contagiarse de tranquilidad.
Valida la emoción del otro. Con palabras dile que reconoces como se siente y nombra la emoción que pudiera estar sintiendo o mejor aún pregúntale cómo se siente (ansioso, triste, frustrado, etc.) Recuerda no decirle que se tranquilice ni que no se ponga ansioso, esto tiene el efecto contrario, ya que la persona se siente más presionada por no poder regular su emoción.
Si tienes una relación cercana con la persona y te lo permite, has contacto físico con un abrazo o alguna otra forma de cercanía. En cualquier caso, hazle saber que si así lo requiere, le acompañarás en lo que pasa el periodo agudo de la emoción.
Recuérdale que todas las emociones son pasajeras y que aunque en ese momento está sintiendo una emoción aguda, en unos minutos habrá pasado la crisis emocional.
Cuando haya pasado la fase aguda, pregúntale cómo puedes ayudarle. Si te lo permite, apoya haciendo respiraciones lentas profundas con la persona.
La conexión y relación empática entre dos personas son herramientas poderosas para la corregulación. Si empezamos a vivir con más consciencia de nuestros estados y vínculos, podemos crear espacios sociales y familiares que promueven el desarrollo de todos.






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