Disculpas genuinas vs disculpas vacías

Las disculpas genuinas pueden ayudar a restaurar el estado de una relación y evitar más conflictos, pero es importante entender cuándo son reales y sinceras. Las disculpas vacías pueden causar más dolor y prolongar el conflicto.

El primer paso es reconocer el daño que se a causado y respetar los tiempos que la persona afectada necesita para procesar lo sucedido, para poder escuchar y recibir la disculpa. Si la persona afectada no quiere recibir la disculpa, es importante respetarla y evitar mayor conflicto.

Cuando ambas partes estén listas, la disculpa para que se sienta genuina debe:

• Reconocer explícitamente el daño o el dolor que se ha infligido.

• Validar los sentimientos de la persona ofendida escuchando con atención lo que diga

• El ofensor debe describir sus sentimientos y pensamientos, sin justificar los hechos agraviantes (evitar usar la palabra "pero")
  

• Expresar remordimiento y humildad.

• Tener la intención de reparación, simbólica o real, en acciones visibles.

• La persona que ha ofendido debe reconocer las necesidades psicológicas del otro para poder apoyarle a restaurar su dignidad
  

• Afirmar valores comunes, reconociendo el daño que se hizo.

• Reconocer que la persona que ha sido ofendida no es responsable del daño causado.

• Asegurar que la ofensa no volverá a ocurrir.

• Considerar posibles acciones de justicia restaurativa

Las disculpas no son fáciles, pero son necesarias para restablecer el equilibrio y la conexión con aquellos con quienes vivimos y trabajamos. Si estás interesado en explorar este tema a mayor en profundidad, te puedo recomendar el siguiente libro:

Lazare, A. (2004). On Apology. Oxford University Press.