¿Por qué no ahorramos cuando tenemos dinero?
- Ana Cristina Zamora
- 11 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 mar
Existen ciertos mecanismos psicológicos que a muchos nos impiden ahorrar dinero para tener un mejor futuro. Estos se han estudiado en la disciplina de la economía del comportamiento por psicólogos como Dan Ariely o Daniel Kahneman:
Preferimos recompensas inmediatas
Los humanos tendemos a sobrevalorar las recompensas inmediatas y subestimar los beneficios futuros. Esto significa que cuando tenemos dinero, preferimos gastarlo en placeres inmediatos en lugar de ahorrarlo para un futuro incierto. Ejemplo: Si nos dan $100 hoy o $150 en un mes, la mayoría elegiría los $100 ahora, a pesar de que esperar sea más beneficioso.
2. El poder y peligro de las tarjetas de crédito
El acto de pagar con dinero en efectivo genera un “dolor” psicológico, lo que nos haría más conscientes de nuestros gastos. Sin embargo, con tarjetas de crédito o pagos digitales, este dolor disminuye, facilitando el gasto impulsivo y reduciendo la percepción de pérdida.
3. La presión de pertenecer
La psicología social nos dice que nuestras decisiones económicas están influenciadas por lo que hacen los demás. En lugar de ahorrar, solemos gastar para mantener el estatus o igualarnos con amigos, familiares o personas del grupo al que pertenecemos. Si vemos que nuestros amigos compran el último iPhone o viajan, sentimos la presión social de hacer lo mismo, aunque no sea financieramente racional.
4. El dinero "extra"
Sin una referencia clara sobre cuánto deberíamos ahorrar, terminamos gastando más de lo planeado. Ariely menciona que cuando recibimos ingresos adicionales (bonos, herencias, pagos inesperados), los tratamos como "dinero extra" en lugar de incorporarlos a un plan financiero.
5. Ilusión de control y autoengaño
Creemos que en el futuro ahorraremos más porque sobreestimamos nuestra disciplina financiera futura. Estudios de economía conductual han mostrado que la mayoría de las personas creen que mañana tomarán mejores decisiones financieras, pero cuando llega ese momento, siguen gastando.
No ahorramos cuando tenemos dinero porque nuestras decisiones financieras están influenciadas por el deseo de gratificación inmediata, la falta de dolor al gastar, la presión social, la falta de estrategias claras y el autoengaño sobre nuestro futuro comportamiento. Una manera de contrarrestar estos mecanismos inconscientes es automatizar el ahorro, estableciendo reglas que nos "obliguen" a separar una parte del dinero antes de poder gastarlo. Esto se puede lograr estableciendo mecanismos como pagos mensuales o quincenales de montos preestablecidos a una cuenta a la que no tengamos fácil acceso. Si nos es difícil tener disciplina propia, podemos contratar servicios de formas de inversión que requieran esos depósitos para crear fondos a los que podamos acceder a largo plazo.






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