Niños conectados vs niños desconectados
- anaczamorac
- 8 nov
- 2 Min. de lectura
Estoy en un restaurante miro junto de mi a una familia extendida, los hermanos, sus esposas, la abuela y tres nietos de entre 3 y 7 años. Se saludan con cariño es un desayuno familiar en un lugar bonito y agradable. Los niños empiezan a socializar querer platicar, jugar. ¡Tiempo de enchufarlos! –piensan las mamás de estos pequeños– Salen los celulares de las bolsas, se conectan los juegos y como arte de magia, los tres niños sentados cada quien con su dispositivo, embobados ante las figuras coloridas que brincan y hacen sonidos en la pantalla. Miro con asombro pensando en todo lo que estoy viendo.
Entiendo la dificultad de criar niños y que existen momentos que queremos disfrutar entre adultos. Ser mamá o papá de hijos pequeños es cansado y a veces parece no tener fin. Queremos a nuestros pequeños y les damos lo mejor de nosotros, sin embargo a veces necesitamos un poco de paz.
Todo lo anterior lo hemos sentido muchos padres que pasamos por estos momentos, sin embargo veo con preocupación lo que estos niños enchufados están practicando con sus cerebros en desarrollo. Las neurociencias tienen una frase que claramente nos explica como funciona el aprendizaje a nivel neuronal: "neuronas que se activan juntas, se conectan unas con otras". Esto quiere decir que la práctica hace al maestro, como decimos coloquialmente. Hagamos un checklist de lo que estos niños están practicando en esta situación particular:
Habilidades propias del programa que se está viendo.
Usar la pantalla y los controles de la pantalla
Engancharse con la sensación de recompensa que da el uso de estos juegos o videos
Entender que es mejor estar conectado que participar de la interacción familiar
Preferir estar atento a los estímulos de la pantalla que a la experiencia de los sabores, olores y texturas de a comida que llevan a la boca
Relacionar las salidas familiares con momento de pantallas
Evitar las interacciones sociales con el uso de pantallas
Así mismo pienso en las oportunidades perdidas en el aprendizaje de estos niños:
Participar y aprender como relacionarse en familia
Escuchar y platicar, desarrollando habilidades de lenguaje
Practicar reglas de comportamiento en situaciones sociales en un restaurante
Escuchar las preocupaciones, intereses y valores familiares
Las generaciones de los más jóvenes necesitan que los adultos que los rodeamos les abramos espacios para que se desarrollen plenamente con el mundo objetivo y relacional que es rodea para que puedan interactuar como personas funcionales con habilidades para la vida fuera de las pantallas.
Así mismo podemos planear tiempos en los que podamos tener actividades de adultos y de descanso. Lo ideal es que esos tiempos los niños estén atendidos por otros adultos y que se les den opciones de actividades sin el uso de pantallas. Nos hemos acostumbrado a que la vida hoy en día sea alrededor del uso de pantallas, por lo que necesitamos replantearnos como queremos que el cerebro de nuestros hijos se desarrolle para que puedan ser personas con habilidades para el mundo que les rodea con la capacidad de relacionarse con otros gestionando sus emociones de una manera regulada. Esta tarea no es fácil, pero que debe ser una prioridad para darles herramientas para la vida.






Comentarios